La cárcel ideal

Ni bien se plantea el tema de empezar a pensar una "cárcel ideal" salta a la vista la indiscutible cuestión de que lo ideal sería que no hiciera falta una cárcel.

Siendo que nos hayamos a años luz de materializar tan armónica opción; me dejo llevar por una serie de reflexiones espontáneas basadas en mi propia experiencia personal que ojalá sirvan al menos como diminuto punto de partida en aquella utópica dirección.

... Si me preguntan qué fue lo peor que me pasó en la vida sin lugar a dudas contestaré "caer en cana!"...

 

Aún así, y más allá de la aparente contradicción, desde mi humilde punto de vista considero que pasarse una buena temporada en prisión ha de ser una de las mejores maneras de llegar a conocer profundamente el verdadero significado de la libertad. Condición sine qua non para alcanzar la plenitud.

 

Probablemente, después de todo, lo "mejor" y lo "peor" no sean cosas tan distintas sino formas diferentes de abordar la misma realidad.

En esa línea y al margen de lo nefasto y deplorable de la experiencia carcelaria en un sistema tan deteriorado, hipócrita y holgazán como el que nos convoca, tal vez una tipo de rumbo hacia la cárcel ideal sería arrancar por alguna que permita a todos tus pasajeros poner lo que esté a su alcance para sacar "lo mejor" de "lo peor" y así obtener algo bueno.

 

Algo así como extraer el Oro del Plomo… transformar la pena en alquimia…

 

(Continuará)

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Dalam